Elección segura de José Antonio Kast en Chile el 14 de diciembre de 2025
- Ricardo Gurgel
- há 8 minutos
- 3 min de leitura
Muro impenetrable para Jeannette Jara
Alta rechazo estructural, situada entre 55% y 65% del electorado, dependiendo del instituto y del criterio utilizado (“no votaría de ninguna manera” / “voto imposible”).
El rechazo aumenta fuera del núcleo ideológico de la izquierda dura.
Es especialmente elevado entre:
electores de centro y centro-derecha;
electores independientes;
electores de mayor edad y de ingresos más altos;
segmentos preocupados por la institucionalidad, la economía y la política exterior.
Desde el punto de vista técnico, Jara enfrenta un techo electoral rígido, ya que su nivel de rechazo es superior a su capacidad potencial de crecimiento.
Estabilidad del liderazgo
Un punto central es que:
Kast lidera de manera continua, sin caídas relevantes a lo largo de la campaña;
Jara no logra reducir la distancia, incluso en momentos de mayor exposición mediática, debates o eventos críticos.
el rechazo a Jara bloquea matemáticamente una remontada;
el rechazo a Kast no impide una victoria amplia.
Kast puede obtener una ventaja que puede oscilar entre 20 y 30 puntos porcentuales sin que su liderazgo se vea amenazado. Con base en las encuestas realizadas mediante distintos métodos a lo largo de la segunda vuelta, todo indica que los resultados de Jara en la primera vuelta ya representaban prácticamente su techo electoral en la segunda. Por otro lado, quien lograra acceder a la segunda plaza para la ronda final contaría con una aglutinación automática de los votos de los candidatos que quedaron en tercer y cuarto lugar, los cuales, en conjunto, superaban ampliamente el 60% de los votos.
Tabla con los resultados de la primera vuelta
Candidato | Partido / Coalición | % de los Votos Válidos |
Jeannette Jara | PCCh / Unidad por Chile | 26,85% |
José Antonio Kast | Partido Republicano | 23,92% |
Franco Parisi | Partido (independiente/populista) | 19,71% |
Johannes Kaiser | Partido Liberal/Derecha | 13,94% |
Evelyn Matthei | Unión Demócrata Independiente (derecha tradicional) | 12,46% |
Harold Mayne‑Nicholls | Independiente | 1,26% |
Marco Enríquez‑Ominami | Independiente | 1,20% |
Eduardo Artés | Independiente | 0,66% |
Con gestos de acercamiento al régimen de Nicolás Maduro y ataques públicos contra María Corina Machado, la candidata Jeannette Jara cierra su campaña de manera melancólica, exhibiendo una nostalgia explícita por un régimen abiertamente no democrático. En ese comportamiento hay un paradoja evidente: exaltar elecciones democráticas mientras se ataca a perseguidos políticos en Venezuela, cualquiera sea la vertiente de oposición que se presente frente a los herederos del chavismo.
Chile es, sin duda, uno de los países de América Latina con mayor conciencia política. Esto se refleja incluso en la postura de su actual presidente, Gabriel Boric, quien, a pesar de ser de izquierda, se negó a respaldar al régimen de Nicolás Maduro, a diferencia de la mayoría de los presidentes progresistas de la región. Se trata de una madurez política digna de reconocimiento: entender que la adhesión a una bandera ideológica no puede funcionar como salvoconducto para tolerar abusos autoritarios.
En general, los presidentes chilenos presentan niveles de escolarización, formación cultural y preparación institucional superiores al promedio regional, lo que incluso genera cierta envidia política en países vecinos. Sin embargo, esto no impide la aparición de candidaturas desconectadas de las realidades concretas. Jeannette Jara es comunista desde siempre, y el comunismo, como sistema político, no presenta en el mundo ejemplos consolidados de funcionamiento sin autoritarismo. Por el contrario, su trayectoria histórica está marcada por regímenes de poder continuo, ausencia de alternancia democrática y represiones a gran escala.
Los ejemplos son ampliamente conocidos: China, los países que integraron la Unión Soviética y, aún hoy, la herencia autoritaria que persiste en Rusia, con asesinatos por encargo, persecución sistemática de la oposición y uso extensivo del aparato estatal para el espionaje político. Este historial pesó de forma decisiva en la evaluación del electorado chileno para este domingo 14 de diciembre. No existe, bajo ningún criterio estadístico serio, la menor posibilidad de victoria de Jeannette Jara. Y esto ocurre precisamente gracias al sólido régimen democrático chileno, que se encuentra fuera de cualquier riesgo real de manipulación capaz de alterar un resultado decidido por millones de votos.
No existe comunismo sin culto a figuras como Lenin y Josef Stalin. No existe comunismo que no relativice o justifique la muerte de decenas de millones de personas víctimas de esos regímenes. No existe democracia comunista. Elegir admiradores de esa ideología es, históricamente, una invitación al debilitamiento, cuando no al fin, de la democracia.
Los medios de comunicación chilenos evitan afirmar de manera categórica que José Antonio Kast ganará las elecciones este 14 de diciembre, por razones editoriales e institucionales. Yo, sin embargo, no soy elector en Chile ni medio de comunicación chileno. No necesito fingir neutralidad ni simular incertidumbre. Y conviene recordarlo: ser neutral no significa, necesariamente, ser justo.






