El próximo domingo Chile tendrá elección presidencial, pero el resultado es absolutamente previsible
- Ricardo Gurgel

- há 2 dias
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La asimetría en las encuestas elimina el “factor suspenso”
Cuando un candidato (Kast) mantiene una ventaja clara, consistente y reiterada en prácticamente todos los sondeos, el ambiente informativo pasa a interpretar la elección como decidida de antemano. No se trata solo de liderar, sino de liderar con holgura y sin variaciones relevantes, lo que sugiere:
consolidación del voto;
una estructura electoral más organizada;
incapacidad de la adversaria (Jara) para romper la barrera de rechazo o ampliar su base.
En este contexto: “Ya no hay espacio para sorpresas.”
Falta de una narrativa competitiva en la recta final
Las elecciones previsibles, a ojos de la prensa y de los analistas, son aquellas en que:
la candidata en desventaja no encuentra una agenda, un tema o un hecho capaz de cambiar el rumbo;
los debates no modifican las tendencias;
la campaña pierde fuerza y pasa a ser meramente protocolar.
Cuando Jeannette Jara se mantiene muy rezagada en los índices de intención de voto y no hay señales de remontada, la propia dinámica de las redacciones y consultoras asume un tono de “cobertura de resultado anunciado”.
Kast ocupando el espacio político dominante
El comentario también implica que José Antonio Kast:
domina la agenda;
polariza poco porque no enfrenta competencia real;
moviliza a su electorado con mayor eficiencia;
se beneficia de un ambiente nacional favorable a su narrativa.
De esta forma, la distancia entre ambos candidatos no se percibe solo como un dato numérico, sino como la expresión de un ciclo político que, en el corto plazo, difícilmente se revierte.
La diferencia entre Kast y Jara no está solo en los números de una encuesta aislada. Es una diferencia:
continua,
reiterada por varios institutos,
reforzada por una dinámica política real (alineamiento del electorado más conservador, desgaste del gobierno, protagonismo del tema seguridad).
Cuando todos los indicadores apuntan en la misma dirección, el discurso público se suaviza, pero internamente los analistas tratan el escenario como prácticamente cerrado.
¿Y cuál es el tamaño de esa certeza?
Aun considerando variaciones entre institutos, las encuestas oscilan entre 20 y 33 puntos porcentuales de diferencia. Es decir, incluso en el escenario más pesimista para Kast, la ventaja sigue siendo de 20 puntos porcentuales.













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