¿Por qué la mayoría de las radios All News en Brasil tienen audiencias tan pobres?(Y sí, esto también se aplica a otros países.)

Necesito demostrar cómo una emisora que sigue la fórmula de “nada nuevo, más de lo mismo” registrará, en muy poco tiempo, números mediocres, según mis proyecciones. Enfatizo que son proyecciones propias, basadas en estudios sobre el perfil de público que estas radios creen estar complaciendo, pero que, según mis datos, será precisamente el público que más lograrán ahuyentar. Esto ocurre porque esa nueva emisora simplemente repetirá el mismo modelo de otras que ya tienen audiencias menores que las radios que combinan noticias con programas de humor. Sí, eso es exactamente lo que afirmo, basándome en un largo historial que demuestra que tanto radios como canales de TV que se toman demasiado en serio como medios “All News” terminan con menos audiencia que los programas que mezclan información y humor en los mismos horarios.

Pero vale aclarar: no es el humor en sí lo que genera éxito. Lo que realmente aleja al público de las radios All News es su habitual alineamiento con narrativas que tratan al emprendimiento, la reducción de impuestos o la libertad económica como pecados morales, como si quien busca pagar menos impuestos o reducir la interferencia estatal fuera culpable de algo. En Brasil, esto se ha convertido casi en una oración repetida por muchos locutores: que los ciudadanos “fueron hechos” para pagar altos impuestos, mientras miran hacia otro lado ante el despilfarro del sector público. Muchas de estas emisoras se especializan en criticar a las empresas y a los empresarios, condenando la liberalización del mercado o cualquier reducción del Estado.

Puedes comprobarlo tú mismo: el perfil de público que disfruta de economía, deportes y debate se repite en todas partes, desde Argentina hasta Estados Unidos. Basta con observar el liderazgo abrumador de Radio Mitre en Buenos Aires o de Fox News en EE. UU.

Permíteme dejarlo claro en términos intuitivos:¿Quién tiende a interesarse por la matemática, la economía, las finanzas y los negocios? El mismo tipo de persona que suele invertir en sus propios proyectos, ama el fútbol, pero no como un hincha violento, disfruta las peleas de MMA, celebra los triunfos con amigos y hasta detiene todo para ver el Super Bowl, que incluso en Brasil se ha convertido en un espectáculo. Ese es el público adicto a la información basada en datos, al análisis bien fundamentado, no a la gimnasia retórica envuelta en sermones morales.

El público que ama las noticias... pero no es amado por las radios de noticias

Este público “orientado a los números” tiene paciencia para consumir noticias, seguir indicadores económicos, comprender las implicaciones de las fluctuaciones monetarias y explorar las oportunidades del mercado. No siente rechazo por este tipo de contenido, todo lo contrario de lo que muchos medios suponen al tratar estos temas de forma caótica o incluso despectiva.

Por coincidencia o no, este no suele ser el público que disfruta de espectáculos de MPB en teatros, y eso no es un defecto. Simplemente demuestra que existen perfiles distintos de audiencia: hay quienes aman las artes y hay quienes se fascinan por los números y la actualidad. Claro que hay personas que disfrutan de ambos, pero aquí hablamos de promedios.

Y sí, las noticias tienen todo que ver con los números. La forma en que se manipulan los datos sobre la economía (el tema dominante), el gasto público y la rendición de cuentas (quién tiene la culpa cuando la economía se desacelera o entra en crisis) está constantemente moldeada por el sesgo de quienes “arrojan” esos números al debate público. Comprender lo que hay detrás de ellos es esencial para percibir la profunda deshonestidad intelectual que muchos medios dejan fluir a diario.

Dominar los números ya no es opcional

Dominar el lenguaje de los números dejó de ser una elección: hoy, prácticamente todas las noticias están atravesadas por datos y por las manipulaciones que los acompañan. Sin esa comprensión, las personas corren el riesgo de aceptar narrativas distorsionadas como verdades absolutas.

Se nos repite constantemente que debemos pagar aún más impuestos. Al mismo tiempo, se intenta vender la idea absurda de que ciertos tributos, que en la práctica afectan a toda la población, solo alcanzarían a una clase específica. Son intentos ridículos de manipulación.

Comprender todo esto exige más que un conocimiento superficial. Por eso, muchos pequeños emprendedores, incluso dueños de pequeñas tiendas, suelen obtener mejores resultados que muchos “doctores”: porque están en contacto directo con el mundo de los números, no con ensoñaciones poéticas. Y quien no entiende, y nunca tuvo paciencia para el periodismo, difícilmente se convertirá en un oyente fiel de radios con ese perfil.

La ironía del periodismo

Es irónico que las facultades de periodismo, en promedio, formen profesionales con perfiles casi opuestos a los de quienes consumen noticias por pasión y no por obligación.

Y no hace falta mucho para notar que TMC representa exactamente el tipo de contenido que el público “numérico” tiene dificultad para digerir. ¿Te has preguntado por qué, pese a todos sus defectos, Fox News es escuchada varias veces más que sus competidoras en EE. UU.? Mitre, por ejemplo, mantiene una ética periodística muy superior a la de Fox, pero también sabe “hablar el idioma” de ese público, ofreciendo análisis económicos sólidos, realizados por personas que realmente aman el mercado y comprenden sus dolores y oportunidades.

Lamento decirlo, pero para mí es evidente que TMC eligió el tipo de periodismo que más desagrada precisamente a quienes aman el periodismo. Y aunque sus “colores” representen a la mitad de Brasil, esa es la mitad que probablemente prefiera escuchar Rádio Nova Brasil, disfrutar de un samba en vivo o asistir a un gran concierto de MPB. No es un defecto, repito, es una cuestión de gusto: simplemente no disfrutan de una radio repleta de números, datos y análisis económicos. Repito: hablo en promedios.

No soy determinista, no afirmo que ocurrirá exactamente así. Pero apostaría, y apostaría fuerte, a que los resultados no serán impresionantes.

Escoger la habitación más pequeña para poner el colchón

Para empeorar las cosas, es precisamente ese “lado del pastel” el que la mayoría de las radios periodísticas ha decidido disputar. Todas optaron por competir por el pequeño público menos aficionado al periodismo, el menos interesado en los “números”. TMC simplemente llegó para dividir aún más ese espacio reducido.

¡Qué sorpresa! #NoRealmente

Curiosamente, entre las grandes emisoras, solo una decidió crear algunos programas en el estilo “capitalistas sin culpa”, y al hacerlo, saltó directamente a la cima del rating.

Segmento de audiencia de una emisora pro-mercado

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Segmento de audiencia de una emisora percibida como pro-impuestos más altos y que rutinariamente califica a cualquier oposición como extrema derecha

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Enfoque aquí: En Argentina, Mitre 790 AM, una emisora pro-mercado y líder general, supera ampliamente tanto a sus competidoras AM como FM.

Necesito ser muy claro sobre un punto. En comparación con Fox News, veo a Fox como un canal fuertemente alineado con Trump y abiertamente partidista, mientras que Radio Mitre mantiene una postura no partidaria, aunque pro-mercado. Muchos suponen erróneamente que esto implica un alineamiento automático con políticos de derecha, sin darse cuenta de que, en realidad, se trata de una visión editorial legítima, no subordinada a políticos y verdaderamente abierta a criticar tanto a dirigentes de derecha como de izquierda.

Sí, los políticos que se autodefinen de derecha son criticados, especialmente cuando actúan en contra de los principios de buena gestión del dinero público, caen en contradicciones o recalientan el mercado. Del mismo modo, es natural que se cuestione a figuras de izquierda que promueven la expansión monetaria, muestran despreocupación por el gasto público y sostienen una visión económica cuyos resultados el mercado ya conoce muy bien.

Podría resumir diciendo que, en mi opinión, la forma en que Mitre hace radio suena más honesta, con un formato mucho más atractivo y, en general, sin pasiones que comprometan el análisis. Otro punto a destacar es precisamente este: el tono analítico atraviesa toda la programación, no se limita a una franja horaria específica, y diría que el nivel promedio es bastante alto.

Puedo asegurar que en Brasil no tenemos una emisora del nivel de Mitre. La mayoría de las radios se limita a reproducir noticias, con algunos espacios para análisis y, por lo general, con un fuerte alineamiento partidario. Por supuesto, existen periodistas cuya calidad individual los convierte en excepciones valiosas, capaces de trascender esa clasificación generalizada que desafortunadamente define el rostro del periodismo brasileño, pero entre tantos, representan solo una pequeñísima minoría dentro de la corriente dominante de pensamiento uniforme que Brasil ha “adoptado”.

Dominio abrumador

El dominio de Mitre en la banda AM es una excepción en el contexto global, donde la AM ha sido sistemáticamente erosionada por cambios técnicos y culturales. Esperar que este liderazgo se mantenga intacto por otra década es poco realista, no porque la emisora vaya a decaer en calidad o abandonar su estilo probado, sino porque toda fórmula ganadora eventualmente encuentra su espejo en la FM. Cuando eso ocurra, un competidor, posiblemente incluso del propio Grupo Clarín, aprovechará el mayor alcance de la FM en Buenos Aires para desafiar el bastión de Mitre en la amplitud modulada.

Mitre es poderosa, está bien consolidada y aún tiene una ventana cómoda de cinco años para construir estratégicamente su contraparte en FM. La cuestión no es si podrá dar ese paso, sino si lo hará a tiempo. En un próximo artículo presentaré un marco práctico de transición digital adaptado a la Argentina, que podría ayudar al país a evitar el tipo de indecisión costosa y prolongada que paralizó el futuro de la AM en Brasil.

Aquí se muestran las cifras promedio de audiencia, que pueden verificarse fácilmente incluso los datos de Kantar se aproximan a estos valores:

Participación promedio de audiencia en 2024

• Mitre 790 AM: ~36–40% de share

• La 100 FM: ~21,7%

• Radio 10: ~16%

Programa: “Alguien Tiene que Decirlo”

El programa de larga trayectoria “Alguien Tiene que Decirlo”, transmitido por Radio Mitre AM 790 en Buenos Aires y conducido por Eduardo Feinmann, alcanza números notables, con más de 40% de share (la participación proporcional de la audiencia entre todas las emisoras). El promedio general de Mitre ronda el 36%, según datos publicados incluso por medios competidores como La Nación. Esto le otorga a la emisora una ventaja sustancial sobre la segunda en el ranking general, La 100 FM 99.9, que registra 21,79%. Entre las AM, Mitre más que duplica la audiencia de la segunda colocada, Radio 10, que mantiene alrededor del 16%.

Eduardo Feinmann, el motor de la programación

El programa de Feinmann supera con creces a sus competidores en el mismo horario. Descrito como “muy por delante” de la competencia, Alguien Tiene que Decirlo es uno de los mayores fenómenos de audiencia del radio argentino. Mitre es la emisora más escuchada del país, y el programa de Feinmann es su buque insignia, especialmente en las mañanas, el horario más competitivo de la radio.

Su fuerza proviene de un enfoque directo, centrado en temas políticos y de actualidad, que construye fidelidad en una audiencia amplia y comprometida. Eduardo Feinmann es una figura central del periodismo argentino, lo que amplifica el impacto de sus posiciones. Mitre también se destaca en las redes sociales, con más de 2,1 millones de seguidores en Facebook, y su tradición centenaria refuerza aún más su autoridad.

Perfil de Eduardo Feinmann

Feinmann no esconde, de hecho, subraya, los rasgos que definen su estilo y lo conectan con un público mayoritariamente masculino y pro-mercado. En sus declaraciones públicas y en la línea editorial del programa, se define como:

• Defensor del libre comercio, lo que lo coloca en oposición al proteccionismo históricamente fuerte en Argentina.

• Crítico feroz del kirchnerismo, utilizando un lenguaje duro y sin filtros —incluidos los insultos, mucho más comunes y aceptados en los medios argentinos que en Brasil.

• Partidario de un Estado más reducido, apoyando privatizaciones, recortes de impuestos y mayor libertad económica.

En el contexto argentino, expresar abiertamente una postura ideológica no se percibe como una pérdida de neutralidad periodística, sino como un signo de honestidad intelectual hacia la audiencia. Vale destacar que ideología no es lo mismo que partidismo: un periodista puede condenar coherentemente a un partido que alguna vez apoyó si ese partido traiciona sus principios.

Feinmann también critica la indulgencia del sistema judicial, particularmente en lo que respecta a los delitos con penas leves.

Feinmann y Javier Milei

Durante el ascenso de Javier Milei a la presidencia, Feinmann apoyó en gran medida sus propuestas, aunque no dejó de lado las críticas, especialmente respecto a los episodios de agresividad del presidente hacia periodistas. El alineamiento ideológico entre ambos es natural, pero Feinmann demuestra independencia al señalar errores cuando los considera significativos.

Preguntas incómodas (pero honestas)

¿Alguien Tiene que Decirlo es un programa de derecha? Sí. Su perfil político es claro. Su agenda gira en torno a posiciones pro-mercado, oposición al intervencionismo estatal, privatizaciones, reducción de impuestos, libertad económica y mano dura contra el delito.

¿Radio Mitre es de derecha?

Mitre pertenece al influyente Grupo Clarín, tradicionalmente identificado con posiciones pro-mercado. Esta línea editorial se ha reforzado tras los repetidos intentos de gobiernos populistas de imponer control estatal sobre los medios. En el contexto argentino, un entorno mediático libre que respalde la iniciativa privada es también una cuestión de supervivencia.

Entre un programa pro-mercado y uno pro-Estado / ¿Cuál atrae más audiencia?

Los números en Buenos Aires hablan por sí solos: Alguien Tiene que Decirlo lideró con un 41,3% de share (mayo de 2023), mientras su principal rival ideológico, Radio 10, obtuvo alrededor del 16%. La diferencia es contundente.

¿Es este un fenómeno exclusivamente argentino?

Definitivamente no. Los altos niveles de audiencia de programas periodísticos de derecha, con un público mayoritariamente masculino, no son exclusivos de Argentina. He observado lo mismo, por ejemplo, en Natal (RN, Brasil), al analizar las audiencias en YouTube. El patrón se repite: los programas más neutros o de izquierda atraen menos visualizaciones, mientras que los alineados con perspectivas de derecha se destacan.

¿La fórmula Fox News?

En Estados Unidos, el ejemplo clásico es Fox News, líder de audiencia desde 2017. Según una encuesta de Gallup (2013), el 94% de sus espectadores se identifican o tienden a identificarse como republicanos. El contraste con canales como CNN, MSNBC y ABC es evidente.

La paradoja: el periodismo tiende a inclinarse a la izquierda, con una fuerte presencia femenina, mientras que la mayoría del público masculino se inclina a la derecha, consumiendo contenido de debate, opinión y análisis político con mucha mayor intensidad.

Mitre, sin embargo, difiere fundamentalmente de Fox News: no abraza contradicciones políticas. Aun con una orientación pro-mercado, no evita formular preguntas difíciles a políticos alineados con esa filosofía. Aborda sospechas de corrupción, señala errores evidentes y exige explicaciones, algo que, sobre todo hoy, es muy raro de ver en Fox.

Así, Mitre continúa captando la mayor cuota del público que disfruta de la radio All News, como intenta hacer Fox, pero sin requerir alineamientos incondicionales con figuras políticas. Gana ese lugar siendo simplemente pro-mercado, lo que le da la libertad de criticar incluso a políticos que comparten esa visión pero no logran mantener la coherencia.

¿El periodismo atrae más a un género que a otro? ¿Más a un lado que a otro?

Según diversos estudios, el periodismo tiende a inclinarse a la izquierda en gran parte del mundo libre, incluidos Brasil, Estados Unidos y Europa. Este patrón se observa tanto en las redacciones como en la cobertura de temas políticos y sociales.

Lo interesante es que, aunque las mujeres tienen una presencia fuerte y visible en el periodismo, el público femenino, en promedio, muestra menos interés por los programas de debate político, especialmente aquellos con un tono más combativo. Esta observación, basada en evidencia empírica, puede confirmarse analizando los patrones de consumo mediático o los datos reales de audiencia.

Por ejemplo, durante un año monitoreé las métricas de un programa de debate político transmitido por YouTube en Natal y descubrí que los espectadores masculinos representaban el 83% del público. Esta proporción no parece un caso aislado, ya que la predominancia masculina se observa también en programas similares de distintas regiones de Brasil, especialmente en los chats en vivo.

Una posible explicación está en la afinidad temática: los debates más duros y confrontativos, a menudo centrados en política, economía o seguridad, tienden a atraer más al público masculino, mientras que los formatos más ligeros, enfocados en cultura, bienestar o temas sociales, suelen atraer más al público femenino. Esto, por supuesto, no implica menor capacidad intelectual ni menor interés por los asuntos del mundo; simplemente refleja preferencias de contenido.

Otro punto relevante es la diferencia de inclinaciones políticas entre géneros. Los datos sugieren que, en promedio, los hombres tienden a identificarse más con ideas de derecha, mientras que las mujeres muestran mayor inclinación hacia la izquierda. Esta divergencia puede influir en las preferencias de contenido periodístico e incluso en el equilibrio de poder en las disputas electorales, donde la polarización ideológica se hace más evidente.

Esta dinámica no es exclusiva de Brasil. El análisis de audiencias en otros países revela patrones similares, con predominancia masculina en los espacios de debate político más intenso. Para confirmar estas tendencias, basta observar las transmisiones en vivo de programas periodísticos en distintos estados de Brasil y notar la proporción de nombres masculinos y femeninos en los comentarios e interacciones. Aunque estas observaciones no son definitivas, apuntan a una segmentación de intereses que merece una investigación más profunda, considerando el formato, el tono y los temas tratados.

La radio AM en Argentina

Es importante destacar que Mitre es una emisora AM, una banda que en Brasil ha quedado prácticamente vacía debido al dominio de la FM y la pérdida de relevancia comercial. En contraste, en Argentina, la AM sigue viva y fuerte, en gran parte gracias a su énfasis en el análisis político-económico y el periodismo crítico.(Sitio web y streaming: Mitre 790 AM)

La clave de la audiencia de Mitre

La ventaja distintiva de Mitre radica en su fuerte presencia de analistas, más que de simples periodistas, y en el uso de un humor inteligente que atraviesa discusiones densas y complejas. Es, esencialmente, una emisora orientada a la palabra: casi toda su programación se basa en el análisis de los hechos, más que en la mera descripción periodística.

El foco está en el contenido exclusivo de Mitre, con opiniones fundamentadas de figuras con trayectoria sólida y pronósticos que tienden a coincidir estrechamente con la realidad, reforzando aún más su credibilidad.

También es justo señalar que cierto alineamiento filosófico con la mayoría de sus oyentes puede ser un factor clave para alcanzar esa resonancia y lealtad de audiencia.

Desde Rio Grande do Norte: Siguiendo el éxito de Mitre y de la Argentina

He estado siguiendo Radio Mitre por streaming desde finales de 2023, como mencioné en otro artículo. Suelo escucharla durante mis viajes entre ciudades de Rio Grande do Norte, y he sintonizado varios programas en distintos horarios del día.

Una de las grandes figuras de la emisora, Jorge Lanata, falleció a fines de 2024. Su programa, Lanata Sin Filtro, fue un referente del periodismo investigativo e independiente. Lanata no era un periodista de derecha, pero su independencia lo llevó a criticar duramente los abusos del kirchnerismo. Fue incisivo al exponer maniobras económicas que beneficiaban a empresas “amigas” del gobierno, con acceso privilegiado a dólares subsidiados.

Decidí seguir la realidad argentina directamente, sin depender de intermediarios que distorsionan la información, como suele ocurrir con las noticias que llegan a Brasil. Mi interés fue observar el experimento libertario liderado por Javier Milei, con su propuesta de implementar un modelo económico más libre, similar al de países como Nueva Zelanda.

En Brasil, un debate de este tipo es casi un tabú, pero Milei, un presidente intrigante, ha avanzado con medidas inicialmente impopulares que, aunque polémicas, a menudo resultan necesarias para neutralizar el veneno económico de las políticas populistas.

Al seguir directamente fuentes argentinas como Radio Mitre, La Nación+, A24, TN y el ridículo C5N, que vale la pena ver como ejemplo de cómo no hacer periodismo, me sentí mucho más seguro de obtener información de primera mano, cercana a la realidad.

Contrariamente a las previsiones pesimistas de destacados economistas argentinos y extranjeros que apostaban al fracaso, elegí confiar en el proyecto e incluso invertí en el país. Muchos de esos analistas, en mi opinión, carecen de comprensión económica práctica, tratando el tema como si fuera literatura académica, mientras ignoran la mecánica real del funcionamiento de las economías.

El reciente fin del control cambiario (“cepo cambiario”), por ejemplo, fue una jugada sofisticada, digna de una clase magistral de economía, que demostró precisión y cálculo estratégico.

Planeo explorar este tema con más profundidad en un próximo artículo, pero por ahora destaco que la experiencia argentina actual merece atención, sin los filtros que tan a menudo distorsionan nuestra percepción.