Elecciones provinciales en Buenos Aires (07/09/2025) — un análisis brasileño
- Ricardo Gurgel

- 7 de set.
- 2 min de leitura
Increíbles fallas de conducta de sus aliados y un manejo complicado con el Congreso arruinaron lo que podría haber sido una victoria fácil para el partido del presidente Javier Milei. Resulta asombroso cómo triunfos claros terminan convirtiéndose en derrotas! Derrotas provocadas por torpezas infantiles del propio Milei y por meterse en peleas gratuitas, sumadas a serias sospechas sobre la conducta de personas cercanas al presidente, requieren una corrección inmediata, o se producirá el regreso triunfal del chavismo argentino que conocemos como peronismo. Así se están configurando las elecciones provinciales en Buenos Aires, que funcionan como una especie de encuesta sobre la aprobación presidencial en la provincia más grande e importante de la Argentina.
El panorama es preocupante: errores infantiles están poniendo en riesgo al país, abriendo nuevamente la puerta a fuerzas políticas que defienden líneas económicas semejantes a las que llevaron a Venezuela al colapso. Lo que falta es educación cívica: las masas siguen aferradas a dádivas y favores estatales en lugar de apoyar transformaciones capaces de generar una verdadera salida de la pobreza.
Uno de los golpes más fuertes fue la sospecha de mala conducta de la hermana del presidente. Esa fue, sin dudas, la “bala de mayor impacto” contra La Libertad Avanza en estas elecciones. El tema ganó repercusión justo cuando la prensa brasileña había dejado de hablar de la Argentina, ya que el país mostraba señales de recuperación económica. Ahora, con tropiezos políticos y cuestionamientos éticos, Argentina vuelve a ocupar espacio en los noticieros de Brasil, siempre desde un ángulo negativo hacia Milei. Los mismos canales que ocultaron la reducción de la pobreza y la baja de la inflación prefieren resaltar las crisis, escondiendo cualquier dato positivo que pudiera mostrar que la libertad económica y la reducción del Estado son motores de desarrollo.
Otro factor que complica es el “efecto Trump”. Hay que decirlo con claridad: Donald Trump difiere profundamente de la línea económica de Milei. Para ser aún más directos, Trump no posee el mismo nivel de comprensión económica que Milei. Sin embargo, Milei no puede criticarlo abiertamente, ya que eso generaría enormes dificultades en los acuerdos comerciales. Una Argentina frágil, que todavía se recupera de décadas de caos, no puede darse el lujo de multiplicar enemigos.
Además, Milei debe revisar su propio control político-emocional. Sus impulsos, que con frecuencia se convierten en gritos e insultos por motivos banales, solo le generan adversarios innecesarios. ¿Cuántos votos perdió simplemente por ser descortés con legisladores que podrían haber sido conquistados mediante el diálogo? Un poco de atención presidencial, un mínimo de reconocimiento, habrían sido suficientes para asegurar el apoyo de sectores moderados que hoy podrían estar brindando estabilidad al gobierno.
Complicarse gratis es el peor error. Se espera que el peronismo no traiga de regreso al chavismo. Para evitarlo, Milei debe hacer una autocrítica, corregir los errores de su equipo de asesores y aprender a convivir con una oposición moderada. No toda divergencia es enemiga. Muchas veces se trata solo de un malentendido sobre el nuevo camino económico. Y es tarea del presidente mostrar, mediante el diálogo, cómo una economía liberal puede llevar a la Argentina a niveles que hoy Brasil ni siquiera puede soñar.











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