¿Y si China se despierta para mirar a Brasil?
- Ricardo Gurgel
- 9 de mai.
- 3 min de leitura
Brasil es un país tan rehén de los políticos y sus caprichos que resulta inevitable pensar que terminará siendo arrastrado por China, el país que sí tiene una estrategia global clara de influencia comercial. La duda real es si la India logrará organizarse lo suficiente como para competir. Hoy, sólo veo a China corriendo libremente. La India es un gigante, sí, pero la continuidad del control político en China permite una planificación rigurosa, a largo plazo y con un altísimo nivel de competencia.
Soy Ricardo Gurgel, ingeniero, y escribo sobre economía y proyecciones basadas en los movimientos que el mundo nos muestra. Así como en la ingeniería y en las matemáticas, algunas proyecciones me resultan posibles o directamente obvias. Este texto es un ejercicio más de esas simulaciones de futuro.
China ya estabilizó su relación con Argentina y mantiene buenos vínculos con Brasil, a pesar de las fuertes tasas aplicadas a sus productos. Pero ya viene esquivando esos obstáculos mediante inversiones directas en nuestro país. Da la impresión de que simplemente está esperando un poco más de madurez económica de nuestra parte. Si esa madurez no llega y Brasil no corrige a tiempo los errores que pueden llevarnos al colapso, no descarto un rescate financiero chino, claro que bajo condiciones. Y China es el mejor negociador del mundo: firme, enfocado en objetivos y hábil con cada jugada.
Brasil tiene un nivel de inseguridad jurídica tan alto que eso parece ser lo que frena la compra masiva de propiedades, empresas y tierras por parte de los chinos. Es irónico, pero esta desorganización actúa como una especie de escudo contra el control chino. ¿Es una casualidad o parte de nuestra propia inercia caótica? Yo apostaría a lo segundo.
Sorprende que países tan alineados con China no la imiten más. Personalmente, no me molestaría vivir en un país que copie muchas de las prácticas del mercado chino: autos de alta tecnología más accesibles, trenes bala, un transporte público digno de película, productos electrónicos baratos. ¿Por qué no imitamos ese mega sistema económico chino, con libertad de mercado en la mayoría de los sectores, competencia real, estímulo al emprendedurismo, entorno ambiental favorable para el desarrollo industrial, respeto por la propiedad privada y orden público? No estoy siendo irónico. Vivir en las zonas desarrolladas de China ya es mejor que en muchos países del mundo. De hecho, acabo de describir el sistema que Javier Milei dice querer construir. Y repito: no lo digo con sarcasmo. Tal vez el propio presidente argentino haya notado lo cerca que está China de una economía de mercado eficiente. Sí, hay problemas de información restringida y ciertas intervenciones, pero Brasil tampoco es un modelo de intervención eficiente.
Brasil está tan desordenado que no me cuesta imaginar a China convocándonos para una charla seria, ofreciendo inversiones enormes en infraestructura a cambio de acuerdos comerciales estratégicos y enseñándonos cómo ser una mega potencia capitalista—por supuesto, bajo supervisión china y en favor de sus propios intereses.
Vamos directo hacia deudas impagables, emisión desenfrenada de dinero e inflación descontrolada. El cóctel perfecto para perder aún más eficiencia de mercado.

No sería raro que, en lugar de debatir si adoptamos el sistema de radio digital estadounidense (HD Radio) o el europeo (DAB), terminemos usando un sistema digital chino. Y algunas estandarizaciones son minas de oro: si un país adopta tu sistema en todo un sector, tenés un mercado gigante cautivo y la posibilidad de arrastrar a toda una región a esa misma adopción. Ya he escrito en este blog sobre el atraso de Brasil en telecomunicaciones. El mercado de la radio digital no es apenas millonario, es multimillonario.
Hoy el mundo discute DAB, HD Radio y DRM. Pero ninguno logró despegar en Brasil, en parte por la insistencia inicial en HD Radio, que siempre vi inviable por múltiples razones. El DRM sólo podría tener chances si se lanza en la banda AM en formato exclusivamente digital. El DAB, al ser más radical, exige inversiones fuertes desde el inicio. Como ningún estándar avanza, no sería extraño que China aproveche la brecha y proponga su propio sistema digital, superando a todos los demás en tecnología. Y no hay que subestimar su eficiencia: aprenden rápido de lo que ya existe. Si el Partido Comunista chino decidiera crear un sistema digital global, aunque diferente al que usan ellos localmente, no tengo dudas de que lo harían—y en tiempo récord.
O DAB, DRM y HD Radio se apuran, o China llega con su Radio Digital Mundial.
Podrían despertarse un día y decidir lanzar un sistema global. Tienen los recursos, la organización y la capacidad técnica para lograrlo con alta calidad y a gran escala. Hoy el mundo está demasiado disperso en conflictos y distracciones. Pero cuando baje la marea, este será el nuevo foco. Y si todos se demoran, China entrará, conquistará lo que quiera, o al menos facilitará la resolución de los conflictos que paralizan al planeta—y se llevará el premio.

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