top of page
blogdorg_edited_edited_edited_edited_edi

WORKSHOP RÁDIO DIGITAL - A contribuição para o debate da ZYDIGITAL

Tarifa sobre importados não ajuda a indústria, deixa os industriais montados em nossas costas

Brazilian Engineer Ricardo Gurgel: In Brazil, digital radio will start on AM

¿Una base estadounidense en Brasil? ¿Una Gibraltar de EE.UU.?

Y de pronto aparece una noticia extraña, pero que se difunde por varios medios con un tono que recuerda a Trump reclamando territorios: blogs y radios informan sobre el supuesto interés estadounidense (de Trump, para ser más precisos) en usar sin restricciones la base aérea de Natal. Los argumentos giran en torno a las "inversiones masivas" realizadas en la región, utilizada como base avanzada de EE.UU. Durante la Segunda Guerra Mundial, la base fue escenario de un intenso movimiento de aviones aliados, sirviendo como punto clave cuando Estados Unidos entró de lleno en el conflicto. Natal creció mucho en esa época, y la base fue construida en gran parte con dólares estadounidenses: instalaciones, pistas de aterrizaje... Fue una época en la que la ciudad adquirió una identidad particular por la fuerte presencia militar norteamericana, que trajo dinero, costumbres y hasta dejó descendencia. Alrededor de la base surgió la actual ciudad de Parnamirim, pegada a Natal y hoy la segunda más poblada del estado.

Seguimos siendo “la esquina del continente”, una ubicación considerada estratégica pero nunca realmente aprovechada por ningún presidente brasileño desde la guerra como hub intercontinental. Esa función fue redirigida a ciudades más grandes como Recife o Fortaleza. Y de golpe aparece Trump. Si ese interés es real, sólo puede haber salido de su cabeza, pensando: “Quiero esa base que construimos en Brasil durante la Segunda Guerra.”

Y por más surrealista que parezca, la posibilidad de que EE.UU. quiera efectivamente el control de la base aérea de Natal no es tan descabellada, considerando antecedentes como la propuesta de compra de Groenlandia, que parecía una broma pero iba en serio. En el caso de Natal, no se trata de anexar la ciudad, sino de usar la base, quizás sin permitir ninguna interferencia brasileña. La instalación funcionaría como una "Gibraltar estadounidense", o una "Guantánamo sin presos". Por más conspirativo que suene, es una especulación coherente con la lógica de alguien que ya expresó interés en anexar Canadá o Groenlandia.

El tema es que el gobierno brasileño no muestra simpatía alguna por Trump, y aunque la tuviera, no tendría sentido permitir el uso y control de territorio nacional por parte de una potencia extranjera, lo que podría atraer enemigos al país sin ningún beneficio concreto para nosotros. No vale el riesgo ni la marca de pérdida de soberanía. Aunque los estadounidenses aleguen haber construido la base, no se puede extraer territorio de un país sólo porque hubo inversiones extranjeras. Además, la base actual no es ni sombra de lo que fue en su apogeo: pasó por reformas, demoliciones, nuevas construcciones... Natal fue importante para EE.UU., sí, pero también se benefició. Hay un saldo histórico equilibrado. Y no olvidemos: lo que construyó EE.UU. aquí fue para ganar su propia guerra. Natal fue suerte para ellos, no deuda nuestra.


¿Ocupación hostil o acuerdo binacional?

Esa es la gran cuestión. Todo indica que a EE.UU. le gustaría que pareciera un acuerdo. Pero si no es posible, da la sensación de que avanzarían igual. No estoy afirmando que vaya a pasar, sólo que es una hipótesis plausible dentro de la lógica de Trump. Es poco probable imaginar que Brasil y EE.UU. lleguen a un entendimiento, sobre todo por la distancia ideológica entre los gobiernos. Nuestro país hoy tiene vínculos más cercanos con naciones rivales de EE.UU., y es posible que China apoye una resistencia a la propuesta estadounidense, tal vez incluso con Putin ofreciendo alianzas en el área energética.

Brasil podría quedar atrapado en una especie de tira y afloje. Aunque no derive en conflicto directo, puede obligar al país a tomar partido, lo que tendría consecuencias en la geopolítica regional. Es el tipo de situación que puede transformar a Brasil en escenario de una nueva mini–guerra fría, disputado como aliado o como base estratégica.

Dejo aquí el enlace a la nota publicada por un medio confiable, con las primeras informaciones:EE.UU. gestiona acceso estratégico a Fernando de Noronha y Natal, alegando derecho histórico e inversión militarhttps://www.blogdobg.com.br/eua-articulam-acesso-estrategico-a-fernando-de-noronha-e-natal-sob-alegacao-de-direito-historico-e-investimento-belico/

No soy antiestadounidense ni rechazo la influencia del cine de EE.UU. en Brasil. Consumo muchos de sus productos, y gran parte de la tecnología que usamos a diario proviene de allá. La influencia cultural es, en parte, una elección individual, y no me corresponde criticar eso. Sea por la cultura o la tecnología, tenemos un contacto constante con lo que producen. Lo que queremos es el fin de las guerras y de los aranceles. Brasil no está en condiciones de criticar a Trump, que parece seguir el ejemplo del proteccionismo brasileño, imponiendo impuestos a productos extranjeros que antes eran más accesibles. Ese proteccionismo, aunque sea moderado, sólo encarece lo bueno y reduce el poder adquisitivo de la gente, sin traer beneficios reales.

Comentários


logoinsta_edited.jpg
bottom of page